martes, 2 de noviembre de 2010

En busca de níscalos.


Ayer 1 de noviembre, estuvimos en la Atalaya porque era el cumple de la abuela de Gonzalo. Dado que llegamos muy pronto y por tanto no era hora de ponernos a hacer la comida, decidimos irnos con un par de amigos en busca de níscalos. La cosa empezó medianamente bien, todos muy animados, en una zona que conocían... Así que cogimos nuestras cestas de mimbre y nuestro cuchillo ( a falta de la tradicional navaja) y nos dirigimos a la zona de monte don
de se encontraban el resto de buscadores de setas.

El primer reto que nos encontramos fue escalar por la ladera de la montaña hasta conseguir subir al supuesto camino. Una vez arriba y con un níscalo en la cesta, (llevábamos 3 entre los 10 que éramos, dado que el día anterior habían encontrado un montón en otra zona). Pues bien, una vez empezada nuestra búsqueda, sorteando ramas, zarzas, caminos imposibles y bosques de helechos, y con un solo níscalo en nuestro poder después de una hora por el monte; decidimos que era hora de acabar con tan intensa búsqueda y volvernos a casa.

Después de una productiva mañana, y con tres cestas llenas de aire, llegamos a casa listos para curarnos las heridas del afligido orgullo de explorador. Menuda decepción de día.

Espero que la próxima vez que vayamos en busca de tan exquisito manjar llenemos nuestras cestas de algo más que del tan puro aire de montaña.

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