Con una visita antes de lo previsto, el día 24 por la mañana el pie del árbol estaba lleno de regalos. Aguantamos la tentación, y no fue hasta el 25 por la mañana cuando se hizo oficial la llegada del Papa Nöel londinense.
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Tuvimos que esperar hasta las 17.30h para que la compañía aérea y el aeropuerto se diesen por enterados. Esto nos supuso la suspensión del viaje hasta el día siguiente a las 7h de la mañana. Madrugón! salir de casa a las 5 de la mañana. De Gatwich a Victoria station, de allí a Hamersmith. Después de dejar las maletas, una vuelta por las "sale" donde cayeron unas botas y un vestido apto para Nochevieja.
Serian las 16 de la tarde (17 hora española) cuando empezamos a comer. Un rato más de compras y de camino a casita dando un paseo para arreglarnos y vestirnos para celebrar nuestra primera Nochebuena londinense en un griego. De entrantes una especie de patés con pan de pita, como plato principal cordero con arroz y de postre helado y postres griegos.
A medio día, después de ir a dos restaurantes que estaban cerrados, acabamos en un pub comiendo un plato típico de los domingos un " pie" o pastel de carne.
De allí a la estación de victoria y al aeropuerto. Salida prevista a España a las 19h, llegada finalmente debido a los retrasos las 24.30h.
Llevo años, por no decir toda la vida, llevando mis pantalones nuevos a arreglar donde mi abuela.
Siempre se ha encargado de hacer esos pequeños arreglos que todos de vez en cuando necesitamos. Que si una pinza en esta camisa, que si este pantalón me queda grande, que si el bajo de este otro...
Desde hace tiempo mi abuela me viene diciendo que a ver si me pongo con la maquina, que tengo que aprender a usarla... pues bien, ese momento ya ha llegado. El otro día estuve aprendiendo a dar mis primeras puntadas: los bajos de los pantalones, un dobladillo, incluso hacer zigzag; una tontería para las costureras que lo vean, pero todo un logro para esta aprendiz. De aquí a un modelito para nochevieja!
En primer lugar unos patés de salmón, anchoas... ante los cuales es preferible la batidora que la picadora de la Termomix, no porque salga mejor, si no por el simple hecho de no tener que limpiarla, es mucho más cómodo una picadora de las de siempre, fácil de usar y limpiar, que un robot que tardas lo mismo pero tienes que fregar el triple de accesorios.
Para el siguiente plato usamos la varoma, no está mal si vas a estar usando el robot durante largo tiempo, pero es muy lenta, por lo que una simple olla puede hacer la misma función en menos tiempo, y normalmente con mejores resultados, (más eficaz por tanto).
El plato principal, canelones de chipirones, salieron exquisitos, y tal vez para esto, cocer las cosas en la sartén y rehogar hubiese sido más trabajoso, que meterlo en la máquina y dejarlo que se hiciese solo durante los 10- 15 minutos que tenía que estar.
Como acompañante (sin necesidad de la maquinaria pesada), una ensalada con salmón, huevo y maiz. Un acompañamiento ligero para una comida sana
Por lo tanto el veredicto es que la susodicha, es apta para guisos que requieran mucha elaboración y de gran ayuda, así como una excelente picadora, siempre y cuando la batidora no sea lo suficiente potente o tenga la capacidad necesaria como para conseguir la misma consistencia. Por tanto, la clasificamos como un capricho demasiado caro para batir purés.
Puesto que durante la semana había llovido y hecho sol, y las condiciones determinaban buenas expectativas, decidimos acercarnos a la zona del pantano del Atazar. Con una cesta, dos garrotas y unas navajas en los bolsillos comenzamos la búsqueda del tan suculento níscalo. La mañana se presentó bastante fría pero las ansias de búsqueda no frenaron nuestros propósitos. Empezamos llenando la cesta con 4 champiñones silvestres, empezando y terminando dado que el tamaño que tenían no quedaba apenas espacio para encontrar nada más...
Dejamos el prado donde nos encontrábamos, cruzamos la carretera y el pantano, al rato hubo un gran parón donde apenas encontramos nada, estaba la zona muy rebuscada, eran las 10.30 de la mañana y había mucha gente en la zona. Empezamos a adentrarnos entre las jaras y rebuscando entre la hojarasca y al fin apareció el primero. Desde ese momento no paramos de encontrar, parecía que saliesen a medida que nos acercábamos a la zona. Con una cesta entera de níscalos, y cuatro súper-champiñones en las manos, nos fuimos a casa con la mañana aprovechada.
El primer reto que nos encontramos fue escalar por la ladera de la montaña hasta conseguir subir al supuesto camino. Una vez arriba y con un níscalo en la cesta, (llevábamos 3 entre los 10 que éramos, dado que el día anterior habían encontrado un montón en otra zona). Pues bien, una vez empezada nuestra búsqueda, sorteando ramas, zarzas, caminos imposibles y bosques de helechos, y con un solo níscalo en nuestro poder después de una hora por el monte; decidimos que era hora de acabar con tan intensa búsqueda y volvernos a casa.
Después de una productiva mañana, y con tres cestas llenas de aire, llegamos a casa listos para curarnos las heridas del afligido orgullo de explorador. Menuda decepción de día.
Espero que la próxima vez que vayamos en busca de tan exquisito manjar llenemos nuestras cestas de algo más que del tan puro aire de montaña.
Hace cosa de un mes decidimos organizar algo para la fiesta de Halloween, cosa que ha quedado en salir de fiesta el sábado 30 cada uno disfrazado de algo diferente. Cuando quise darme cuenta del tiempo estaban escogidos varios de los disfraces que tenía en mente, y como no quería ir de lo mismo que el año anterior, me puse a discurrir sobre el susodicho disfraz. A tanto que viendo unas fotos se me vino a la cabeza algo que podía ser original.. Si, puede que se salga un poco de lo común pero mi idea era ser una calabaza!! Después de recorrerme la tienda de los chinos, buscar en páginas de internet y demás... Creo que esta era una buena opción lo único que implicaba era unas cuantas horas de retoque en el estudio de moda para hacer de lo que supuestamente vendían como jersey en un vestido de calabaza para halloween.
Al final mi propósito solo se quedó en eso, porque a última hora al final no salí, pero sigo teniendo en mente mi calabaza como posible disfraz para próximos años :P
Como ya os comente en una publicación anterior, el lunes teníamos cita en el kitchen club a las 20.00h para realizar un curso de cocina creativa. Puesto teníamos planeado salir tarde de allí, bajamos en coche y por tanto salimos unas 2 horas antes de casa por si la carretera estaba muy saturada. Pero no lo estaba tanto, así que llegamos en cosa de 25 minutos. En esa hora y media restante, dimos una vuelta por Madrid, hicimos alguna visita a la familia y aprovechamos para ir un poco de compras; que deciros que cayó un abrigo nuevo para este invierno. Después de
tanto trajín a las 20h fuimos al local, la verdad que el barrio es un poco sospechoso... Es céntrico pero hay que callejear un poco, encima los edificios colindantes están todos en obras y parece más tétrico de lo que es en realidad.
El restaurante en sí, está muy bien, una estética muy cuidada y un ambiente cálido. Un detalle curioso del sitio, los armarios; escondidos tras unos paneles decorativos. Una vez puestos con las manos en la masa empezamos a preparar los ingredientes para los diferentes platos: Pintxo de queso frito con pimientos caramelizados, musaka y pollo en cesta crujiente al estilo thai. Después de dos horas cocinando solo un comentario "¡¡¡Buenísimo!!!” ¡Que cosas más ricas! Creo que el regalo me ha enganchado a mí a esto de la cocina. No sé qué tal se me dará lo hacerlo, pero el domingo intentare poner en práctica mis nuevas dotes culinarias. ¡A ver si no se me intoxica la familia con la comida!